La cocina cordobesa es amplia y llena de matices, por la gran variedad y alta calidad de materias primas. Por sus características geográficas, la cocina cordobesa se nutre tanto de productos de la Sierra como de la Campiña.
De la Sierra llegan los derivados de la caza mayor y menor y de la ganadería, destacando la exquisita calidad del Jamón Ibérico del Valle de los Pedroches D.O.. De la Campiña y del Valle del Guadalquivir provienen el aceite de oliva, las verduras y el vino Montilla-Moriles, elementos fundamentales en la cocina local.
También llega a Córdoba pescado fresco del Mediterráneo y del Atlántico, que satisface la conocida predilección del cordobés por el pescado frito.
Si hay un plato que por excelencia representa a Córdoba, ese es el Salmorejo Cordobés.
Hecho a base de tomate, pan y aceite de oliva, el salmorejo es una crema fría y cremosa que se ofrece como entrante en todos los bares, tabernas y restaurantes cordobeses.
El Rabo de Toro es una de las especialidades que dan fama a la gastronomía de Córdoba, ciudad de gran tradición torera.
Se sirve como segundo plato y acompañado generalmente de patatas fritas. Otro plato imprescindible de la cultura gastronómica cordobesa es el Flamenquín de Jamón Serrano, compuesto por filetes de lomo de cerdo cortados muy finos, tiras de jamón serrano no muy curado, enrollados y fritos en aceite de oliva.